Gula

Abrió la boca y empezó a comer,
devoró pan de oro, madera y piedras,
devoró mármol en forma de columnas y mesas.

Y cuando no pudo más,
dejó a los rayos del sol penetrar entre sus encías ensangrentadas,
liberando la imagen de una boca sin lengua.

Todo aquel conocimiento ahora destruido,
almacenado en un recipiente que no puede compartirlo.

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