Entradas

Mostrando entradas de enero, 2019

Esfinge

 — Grandes reyes han pasado y han caído fulminados, crees que eres apto pero estas equivocado ¿Qué te hace creer que eres más que un insensato? El viajero no contestó a la esfinge, la miró desafiante, pasados 13 segundos... — Oye forastero, no se si eres mudo o un simple bellaco, pero estas delante de la última maravilla del pasado, donde no tenía cabida el débil ser humano, ahora morirás sino tratas de evitarlo, así que trata de convencerme con un trato. El triste loco miró a los ojos de la reliquia gigantesca, o al menos a lo que quedaba de ello, y se dispuso a pronunciar las palabras correctas. — Horus, bienaventurados sean tus deseos, pero tu época pasó, acepta el vals de las arenas, antes eras una deidad de culto y venero, ahora la historia mutiló la piedra, convirtiendo en polvo tus oportunidades y dotándome de poder para desafiarte. La esfinge, con la nariz destrozada, observó con admiración a la forma que a sus pies se posaba. — Trato hecho, pero ten por

Evaporación

Ahora que nos quedamos sin tiempo, todos los sentidos se forman en sentimientos. Estas mirándome a los ojos sin poder decir "te quiero", y yo intentando salvar tu vida cuando se perdió hace tiempo. El cansancio acumulado durante tantos años, no me deja sentir tu calor mientras me estas dejando. Lágrimas camaleónicas caen entre la lluvia, pero al llegar a ti la evaporación actúa. ¿Por qué estás ardiendo y no noto tu calor? ¿Por qué está lloviendo sino deja de hacer sol? ¿Por qué sigo negando que te vayas de mi vida, si ya van siete años que me dejaste a la deriva? A que clase de condena he sido confinado, no siento tu calor cuando me estas dejando.

Algo de arena

Algo de arena, simplemente algo de arena. Llenando los bolsillos, rotos por la marea. Cayendo por segundos, marcando el tiempo que nos queda. Algo de arena, simplemente, algo de arena.

Sion

Peregrinar al monte Sion, antes del ser humano. Heridas en la boca, y llagas en las manos. El muro de los lamentos, aún no construido. Purgando los pecados, llenando el vacío. Cauterizar los daños, con vino y aceite. Bañando en sangre, el pan entre los dientes. Buscando un mesías, todavía inexistente. Rezando a un dios, que ya no está presente.

13 Serpientes

Aquelarre de brujas de la era moderna, que brotan la magia bebiendo ginebra. Aquelarre de brujas de la era moderna, conocedoras de la verdad cincelada en piedra. Aquelarre de brujas de la era moderna, hijas de Lilith que se han quitado la venda. Aquelarre de brujas alzad las copas de oro, contra aquellos cobardes que os negaron trono.

El mago de Oz

El viajero llegó al centro del desierto, al punto más alejado de la civilización. Y sacó su cantimplora para saciar su ego, pero la última gota cayó, sobre la incandescente arena, dejando al descubierto una inscripción. "Mi nombre es Oz..." y el resto se perdió, en el paso del tiempo, en el baile de máscaras. De tantos reyes todopoderosos, que han acabado reducidos a la nada. Ramses II o Alejandro Magno, que son hoy en día, mas que huesos putrefactos. Y cuando el viajero se dio cuenta que la grandeza que buscaba, tan sólo es un espejismo de las riquezas de la nada, murió abrazando dicha piedra formando parte de la historia, una historia de proezas que jamás será contada.

Ensayo 5:05, 25 Nov 2018.

La perfección del mecanismo de un reloj de bolsillo, dividida en cada una de sus partes, tan pequeñas como importantes, forman una entidad que, de no ser por su milimétrica conexión preestablecida, serían completamente inútiles en un contexto individual, nunca podrían dejar de formar una simbiosis estrictamente forzada por una función global superior a ellas. Por un momento, pensemos en que una de ellas ha conseguido llegar a un plano superior a sus hermanas, donde puede hacer su función sin necesidad de seguir trabajando en la cadena, al principio estaría asustada y actuaría con normalidad pero, gradualmente, vería cosas que antes no, pensaría, cosa que antes no y, es así como una pieza más del mecanismo, puede darse cuenta que su cometido no tiene sentido.  Al menos, no para su conocimiento superior al de sus coetáneas, de las cuales sabe que no tienen dicha facultad, entonces y solo entonces, la pieza en cuestión daría paso a un crecimiento en el cual ya no se preocuparía

Alma Oscura

Hubo tiempo donde el lobo no necesitaba anillos. Hoy su escudo plateado ha perdido todo el brillo, murió el abejorro y el león está perdido. Se baña en la ceniza donde hubo una hoguera. Se alimenta de las chispas de las almas descarriadas. Poco queda de la fiera, que reinaba la camada. Ahora que su abismo le conquistó en su adentro, trata de lamer su herida mientras se va decidiendo. En poner una tirita para un daño sempiterno, o cortar la vida misma y que acabe el sufrimiento.

Letargo

Sentir la boca deshidratada, por un esfuerzo que mi cuerpo desentrenado no puede soportar, regada por sangre, sudor y lágrimas. Haciendo malabares sobre el masoquismo, mientras me desequilibro distraído mirando al conformismo. Y es que después de tanto tiempo evitándolo, me he dado cuenta que me encanta sentir, mi cuerpo destruido, mi mente fundida. Pero he forzado tanto y tanto, que me va a tocar descansar un, dos, tres... los años que hagan falta, los años que necesite mi mente para decir que estoy listo, para volver a ser lo que fui alguna vez. Se que voy a soñar luchando cada segundo de los 20, que conforman ese destello de fe en la rutina. Se que voy a querer volver las primeras semanas, pero cuanto más dure mi viaje, más sabio regresaré de tierras lejanas, capaces de hacerme entrar en razón, de hacerme volver a casa.

Cattana

A la orilla del río los girasoles ya no bailan, prefieren estar callados y esperar hasta el alba. Leyendo el arte de la guerra en cada uno de tus poros. Donde observo estandartes de comandantes locos. Cementerio de verdades, de lo mucho que te aprecio, de lo poco que te toco. Sun Tzu estaría orgulloso por someterme sin batallar y, construirme un puente de oro cuando me das por vencido, Ya sólo me queda gritar: ¡BANZAI! Para acto seguido escribir mis últimas palabras en papiro. Y en silencio ceremonial, mi harakiri pasa a ser seppuku. Por culpa de tu mirada, la cual desencadena, la última mueca de mi boca. Dejando en la memoria una sonrisa de complicidad. Bañada en la catarata de lágrimas y entrañas, que riega el campo de girasoles. Donde empezó esta historia y donde tenía que acabar.

La últimas raíces

Ahora que el invierno está llegando voy a tener que hibernar un rato, debería haberlo hecho hace un año pero gracias a ti he aguantado. El problema es que ya estoy muy cansado siento el frio de octubre calar mis ramas, siento como los pájaros ya no se posan por las mañanas. Y es que ser el último árbol en pie me hace sentir solo. Sólo quiero que me hagas compañía al menos un poco más. Lo suficiente para que sientas la brisa apoyada en mí, mientras lees tu libro favorito. Mientras estás en mi lugar preferido que es cualquier sitio, donde vayas tu delante, yo te sigo. Aunque se que el verano ha pasado y ahora empiezan a llover mis hojas. Tan sólo, quiero que cojas mi último fruto y le des un bocado. Por todos los momentos que hemos pasado y vamos a pasar. Por todas las risas que has provocado y provocarás. Pero ten cuidado, y da tan sólo un bocado. Saboréalo. Y guarda el resto cuando me necesites, y siénteme.

Longino

Sólo quiero que me arranques la costilla por castigo implantado, pero la perfección no salió del hombre y gracias a ti me ha quedado más claro. Déjate de tonterías y muerde el fruto del pecado, deja la serpiente que su veneno está en mis labios, el sermón del monte ha pasado a segundo plano, aunque me pertenezca el cielo, no quiero la torre de Babel sino me purgas con tu canto, no nacimos ayer, no tenemos alas ni halos. No somos los elegidos pero nos elegimos en el pasado, así que trata de encontrar el arca de la alianza, mientras tanto, yo me clavaré la lanza de Longinos en el costado, para comprobar si sangro o mis pulsaciones son ilusión de tanto tiempo vagando. No llenaré mi panza con la comida recolectada, prefiero alimentarme del sudor de tu espalda, viviendo con la complexión de un ermitaño, compilando mi mente en varios planos, donde el cuerpo es prescindible, donde el sistema nervioso queda desconectado. Dime ¿Ya la has encontrado? Yo a base de heridas ya he compro

Blanco y negro

Ahora veo en blanco y negro, no distingo ningún color, la noche ahora es blanca y la luna oscura como el lodo. Que me tiene atrapado, sin mover ni un músculo, hundiéndome poco a poco, donde he acabado por pensar que me gusta y todo. Como cuando me besas y me clavas los colmillos, como cuando me abrazas y me estrangulas con delirio, acabando con sangre en las manos, sintiendo como cada tendón se deshilacha y, se abre como el mar muerto. Moisés arrebatándome las tablas de las manos, la espada de Damocles suspendida en cada poro.