Hienas tristes que se ríen porque es su naturaleza, se aproximan en la noche a través de la maleza. Deliberan si leones han sido glorificados, si quizás su mala imagen es culpa de antepasados. "Si contamos con los pies y olvidamos nuestras manos, cambiamos nuestro enfoque y al final beneficiamos." Dice la más joven, mientras sigue a su madre, pero las adultas frenan, y tratan de explicarle. "Si no dejas de intentar, cambiar lo establecido, nunca serás capaz de ser feliz, de hacer amigos." Gruñen a coro, todas las adultas juntas, pero la más vieja se mete en la marabunta. "Haced caso a la única que menea el rabo, si las mentes rígidas pertenecen a ancianos, y manipulan con alevosía a los recién llegados, temo por un futuro que se parezca al pasado, temo por un futuro que se parezca al humano." Y se fueron todas juntas, a dormir en el claro, reían pensativas, de lo recién contado, la pequeña lloraba, sin poder mostrarlo.