Longino

Sólo quiero que me arranques la costilla por castigo implantado, pero la perfección no salió del hombre y gracias a ti me ha quedado más claro.

Déjate de tonterías y muerde el fruto del pecado, deja la serpiente que su veneno está en mis labios,
el sermón del monte ha pasado a segundo plano, aunque me pertenezca el cielo, no quiero la torre de Babel sino me purgas con tu canto, no nacimos ayer, no tenemos alas ni halos.

No somos los elegidos pero nos elegimos en el pasado, así que trata de encontrar el arca de la alianza, mientras tanto, yo me clavaré la lanza de Longinos en el costado, para comprobar si sangro o mis pulsaciones son ilusión de tanto tiempo vagando.

No llenaré mi panza con la comida recolectada, prefiero alimentarme del sudor de tu espalda,
viviendo con la complexión de un ermitaño, compilando mi mente en varios planos, donde el cuerpo es prescindible, donde el sistema nervioso queda desconectado.

Dime ¿Ya la has encontrado?

Yo a base de heridas ya he comprobado, que la sangre que me pertenecía se derramó en el pasado y beberla sólo me ha traído embriaguez de tercer grado, como el vino de Judea, como el tacto de la hierba, como tenerte cerca.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Gula

Hienas

Blanco y negro