Letargo

Sentir la boca deshidratada,
por un esfuerzo que mi cuerpo desentrenado no puede soportar,
regada por sangre, sudor y lágrimas.

Haciendo malabares sobre el masoquismo,
mientras me desequilibro distraído mirando al conformismo.

Y es que después de tanto tiempo evitándolo,
me he dado cuenta que me encanta sentir,
mi cuerpo destruido,
mi mente fundida.

Pero he forzado tanto y tanto,
que me va a tocar descansar un, dos, tres... los años que hagan falta,
los años que necesite mi mente para decir que estoy listo,
para volver a ser lo que fui alguna vez.

Se que voy a soñar luchando cada segundo de los 20,
que conforman ese destello de fe en la rutina.

Se que voy a querer volver las primeras semanas,
pero cuanto más dure mi viaje,
más sabio regresaré de tierras lejanas,
capaces de hacerme entrar en razón,
de hacerme volver a casa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Gula

Hienas

Blanco y negro