Sapiens



Tan fácil y simple como mirar mi reflejo en los charcos de la calle,
en los charcos de sangre.
Sacrificando mi infancia por observar el mundo,
sabe bien el panteón que se la fié a Saturno.
Nistagmus,
que me impide diferenciar el jardín
de las delicias en mi iris.
Pero los demonios han tomado forma, de espíritus,
dejando marca en mi mirada gris,
siendo yo mi propia horma.
Locura de Munch recorriendo mi sistema nervioso,
averiado, como la inocencia de Kubin.
Recuperarse es anecdótico,
como la luz en mis ojos,
como ponerle fin.
Erguirme en nombre del mono,
ya renuncié al cielo nocturno de Van Gogh,
a la visión humana,
a idealizarnos sabiendo que nos mentimos,
para no flagelarnos.
Ahora toca despellejarnos y refundar los cimientos de anatomía,
bajo el yugo de la absenta, para soportar el dolor como guía.

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